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DEFINICIONES

MICROBIOMA

El término microbioma fue acuñado por primera vez por Joshua Lederberg (1925 – 2008) un biólogo molecular estadounidense, quien argumentó que los microorganismos que habitan el cuerpo humano deberían incluirse como parte de su genoma, debido a su influencia en la fisiología.

Las contribuciones del microbioma a la salud y la enfermedad apenas comienzan a ser reveladas. En los próximos años, los estudios de esta compleja ecología y su interacción con el organismo huésped pueden no solo revelar los secretos de varias enfermedades importantes, sino también, a través de su modulación, permitir el descubrimiento de nuevos enfoques terapéuticos.

El cuerpo humano adulto sano, alberga diez veces más microorganismos que células humanas, cuyo genoma combinado es mucho más grande que el genoma humano. El microbioma es la totalidad de los microorganismos, sus elementos genéticos y sus interacciones ambientales en un contexto particular.

De forma simplificada, microbiota es el conjunto de microorganismos que generalmente se encuentran asociados a tejidos u órganos de animales o plantas.

En el organismo humano, la microbiota está presente en la boca, estómago, intestino, tracto genitourinario y respiratorio, ojos, piel y otros.

Aunque esta se distribuye por todas las áreas de contacto con el exterior, la mayor parte de la colonización (alrededor del 70%) ocurre en el tracto gastrointestinal.

El foco de la mayoría de los estudios sobre el microbioma humano en la última década, el microbioma intestinal está interrelacionado con casi todos los sistemas del cuerpo, como los sistemas digestivo, inmunológico, neurológico, cardiovascular y de la piel.

De esta forma, la salud intestinal está relacionada con una serie de factores que muchas veces impactan en nuestra vida diaria, como el control del peso, el sueño, el apetito, la concentración, el estado de ánimo, la disposición, el estrés y la inmunidad.

Las alteraciones cuantitativas y cualitativas de la microbiota reciben el término disbiosis. Cuando se altera, esta interacción microbiana desequilibrada puede contribuir a que el organismo sea susceptible a las enfermedades.

Una comunidad compleja de microorganismos formada por bacterias, hongos y otros microorganismos -y su delicado equilibrio- conforman la microbiota cutánea normal y contribuyen a la salud y belleza de la piel.

El microbioma de la piel es tan importante como el microbioma intestinal en la modulación del sistema inmunológico humano.

Cuando el microbioma de la piel está desequilibrado (disbiosis cutánea), las funciones de barrera se ven comprometidas, lo que provoca cambios en el pH, disminución de la producción de péptidos antimicrobianos y aumento de la inflamación, lo que lleva a enfermedades dermatológicas como acné vulgar, psoriasis, rosácea, caspa, eccema, dermatitis atópica o incluso enfermedades sistémicas.

En 1919, el ingeniero húngaro Károly Ereky utilizó por primera vez el término biotecnología.

Posteriormente, el término fue definido oficialmente por la ONU – Organización de las Naciones Unidas, en 1992, en la Convención sobre la Diversidad Biológica, como «cualquier aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos, organismos vivos, o sus derivados, para fabricar o modificar productos o procesos para su uso específico».

A menudo asociada con importantes avances en medicina humana, veterinaria y agrícola, la biotecnología y sus procesos se conocen y utilizan desde hace mucho tiempo. El vino, la cerveza, el yogur y el queso son el resultado de procesos biotecnológicos.

El concepto de probióticos en realidad no es nuevo. La ingestión de leche fermentada ya se mencionaba en el antiguo testamento de la Biblia y Plinio, un historiador romano, recomendaba el uso de productos lácteos fermentados para el tratamiento de la gastroenteritis, en el año 76 a.C., sin embargo, fue recién en 1907 que Ilya Ilyich Mechnikov relacionó la presencia de bacterias productoras de ácido láctico en las leches fermentadas con los posibles efectos beneficiosos de su ingestión.

La Organización Mundial de la Salud define a los probióticos como “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren algún beneficio para la salud”. Los microorganismos probióticos pertenecen a diferentes géneros, tanto bacterias como levaduras.

Los paraprobióticos, también llamados probióticos inactivados, MAMP o probióticos fantasma, se definen como células microbianas inactivadas (no viables) o fracciones celulares que, cuando se administran (uso oral o uso tópico) en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud del individuo.

Ingredientes fermentados selectivamente, que resultan en cambios específicos en la composición y/o actividad de la microbiota gastrointestinal, brindando beneficios para la salud del huésped. (ISAPP, 2011)

Los simbióticos son productos que contienen simultáneamente microorganismos probióticos e ingredientes prebióticos, dando como resultado formulaciones con las características funcionales de ambos grupos.

Por definición, en biología, la cepa/estirpe se refiere a un grupo de descendientes con un ancestro común que comparten similitudes morfológicas o fisiológicas.

Una cepa probiótica se cataloga por el género, especie y una identificación alfanumérica (conocida como cepa o linaje).

En el caso de Bifidobacterium lactis CCT 7858, por ejemplo, Bifidobacterium es el género, lactis es la especie y CCT 7858 es el linaje.

Lactobacillus es un género de bacterias grampositivas, anaerobias facultativas o microaerófilas, con forma de bastón.

El género Lactobacillus comprende 56 especies. Los lactobacilos compuestos por las especies L. casei, L. paracasei y L. rhamnosus, comprenden una fracción sustancial de la microbiota constituida por Lactobacillus spp. en la mucosa intestinal humana.

Bifidobacterium es un género de bacterias anaerobias. Son uno de los mayores grupos de bacterias que componen la microbiota intestinal.

Residen en el colon y brindan beneficios para la salud de sus huéspedes, siendo conocidos como microorganismos probióticos. El género consta de 29 especies.

Las levaduras son organismos unicelulares, clasificados en el reino de los hongos. Saccharomyces boulardii es uno de los pocos microorganismos utilizados como probióticos que no son de origen humano. Tiene a su favor el mayor número de ensayos clínicos y de laboratorio. La levadura Saccharomyces cerevisiae es el principal microorganismo utilizado en los procesos industriales. La aplicación de cepas de S. cerevisiae en la producción de bebidas y alimentos fermentados sigue la historia del desarrollo cultural, tecnológico y científico de la humanidad.

Los beta-glucanos son polisacáridos que forman parte de la fracción soluble de la fibra dietética.

Los beta-glucanos de la pared celular de la levadura Saccharomyces cerevisiae (1,3 – 1,6) han sido ampliamente utilizados debido a sus efectos beneficiosos, reportados en la literatura científica, asociados a la mejora de la función inmunológica, caracterizándose como un modulador de la respuesta biológica.

Los procesos de fermentación se vienen realizando desde la antigüedad, pero en aquella época no se sabía cómo, por ejemplo, se transformaba la uva en vino.

Una definición de fermentación que todavía se usa ampliamente es que la fermentación es el mecanismo anaeróbico (sin oxígeno) de producción de energía que no involucra la cadena respiratoria.

Actualmente, esta definición se ha ampliado aún más por el hecho de que algunos procesos que utilizan oxígeno y la cadena respiratoria también se clasifican como procesos fermentativos, citando como ejemplo la producción de enzimas microbianas.

Por lo tanto, un nuevo concepto más amplio de fermentación consiste en el proceso que ocurre cuando el microorganismo se reproduce, a partir de una fuente apropiada de nutrientes, para obtener un bioproducto.

Los procesos de fermentación son de gran importancia en diversos sectores de interés para la sociedad, ya sea en la industria química, farmacéutica y agrícola, así como en la industria alimentaria.

En este último sector, ejemplos muy importantes son la producción de queso, yogur, cerveza, vino, bebidas fermentadas como kombucha, kéfir y otros.